Recorriendo distintas construcciones situadas en el terreno del Instituto de la Patagonia, frente al edificio de la Universidad de Magallanes, a la cual pertenece, es posible transportarse al pasado de los colonizadores que, en el último cuarto del siglo XIX, llegaron a estas tierras en busca de un mejor futuro.
Sus habitaciones, con todos los utensilios, muebles y objetos de la época, un galpón, una panadería y una pulpería típicas de las estancias ganaderas, así como una relojería, un garage con automóviles antiguos, una cochera, una sala de telégrafo y hasta una consulta de dentista y una sala de máquinas, son posibles de apreciar en estas salas completamente ambientadas que dan cuenta de la historia social, productiva y cultural de esta ciudad hecha por inmigrantes pioneros que hicieron fortuna en la región a punta de esfuerzo, creatividad y emprendimiento.
Formado por Mateo Martinic, Premio Nacional de Historia y fundador del Instituto, en la década de los ‘70, el Museo del Recuerdo se ha ido habilitando con el tiempo gracias a las donaciones de varias familias locales que han querido contribuir a perpetuar esta memoria a través de la recreación de ambientes del pasado.
Junto a sus instalaciones se ubican salas dedicadas a la arqueología regional, habilitadas con colecciones propias de la Universidad y cuya museografía cuenta con el sólido respaldo de los especialistas del Instituto de la Patagonia, el principal centro de investigación en ciencias sociales sobre temas de Patagonia, cuya revista, Magallania, es considerada una publicación científica de primer nivel en el ámbito internacional, distribuida tanto a los autores que participan en ella, como a centros de investigación y universidad en distintos países del mundo.